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Compasión

La compasión es el deseo de aliviar el sufrimiento y sus causas junto con la necesidad de actuar con el fin de hacer algo al respecto. A la compasión a veces se le describe como “la incapacidad de soportar el sufrimiento de otra persona.” Piensa en ese sentimiento instintivo que tiene un padre por ayudar a su hijo con problemas, o que siente un hijo por un padre con Alzheimer, o que sentimos nosotros mismos cuando escuchamos que un ser querido ha vuelto a ser diagnosticado de cáncer.



Es una actitud, una conciencia, y algo que se dirige hacia todo el mundo, incluidos nosotros mismos. Y tiene que ver con el respeto, y no con la pena o la lástima.

Compasión no es una cualidad difusa o aleatoria, que podemos o no tener. Puede ser cultivada por cualquier persona. Y cuando tomamos este sentimiento humano básico, esta apertura de corazón y la expandimos de manera deliberada, estamos cultivando la compasión.


La compasión tiene que ver con ayudar a los demás y que uno acaba descuidando su propio bienestar. Pero, francamente, ¿quién se beneficia del egocentrismo?, ni nosotros ni los demás. ¿Quién se beneficia de cuidar a los demás?, sin importar lo que otras personas puedan obtener de nuestra compasión, nosotros mismos nos beneficiamos un 100%. Es por esto que se dice: que, si quieres ser sabiamente egoísta, cuida de los demás.


El desarrollo de una verdadera preocupación por los demás, como podemos ver en las investigaciones científicas y médicas, nos aporta todo tipo de beneficios: nos hace más amables, más saludables y menos estresados. Al pensar en los demás, inevitablemente nuestras mentes se expanden y se vuelven más espaciosas. La sensación de que nuestros problemas son enormes e insuperables se desvanece. La valentía y la audacia también crecen porque la compasión implica afrontar las dificultades, cambiar nuestra actitud hacia el dolor y mantenernos en pie en presencia del sufrimiento el propio o el de otra persona.


El Dalai Lama dice: “Cultivar un sentimiento cercano, cálido, de buen corazón hacia los demás automáticamente relaja la mente. Ayuda a eliminar cualquier miedo o inseguridad que podamos tener y nos da la fuerza para hacer frente a cualquier obstáculo con el que nos encontramos. Es la principal fuente de éxito en la vida “.


La verdadera compasión es algo que generamos para todo el mundo, basada en el simple hecho de que están vivos. Así que algo indicativo de nuestro progreso en el cultivo de la compasión es cuando podemos salir de nuestra zona de confort y sentir la misma compasión por nuestros enemigos y la gente que no podemos soportar, lo mismo que sentimos por nuestros seres queridos.


Por lo tanto, el primer paso en el cultivo de la compasión es reconocer como individuo la importancia, el valor, y porque no, el compromiso y la energía para motivarnos a entrenarnos en este sentimiento. Finalmente, tenemos que observar con sobriedad nuestras propias mentes para centrar nuestra atención en los demás en actos de bondad, de respeto y en la compasión misma.


Autor: T.C. Rita Alcalde Varela

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