Los jóvenes buscan su identidad, aprenden a poner en práctica valores aprendidos en su primera infancia y a desarrollar habilidades que les permitirán convertirse en adultos atentos y responsables. Cuando los adolescentes reciben el apoyo y el aliento de los adultos, se desarrollan de formas inimaginables, convirtiéndose en miembros plenos de sus familias y comunidades y dispuestos a contribuir. Llenos de energía, curiosidad y de un espíritu que no se extingue fácilmente, los jóvenes tienen en sus manos la capacidad de cambiar los modelos de conducta sociales negativos.
La adolescencia es una de las fases de la vida más fascinantes y quizás más complejas, una época en que la gente joven asume nuevas responsabilidades y experimenta una nueva sensación de independencia con el ciclo de la violencia y la discriminación que se transmite de generación en generación. Con su creatividad, energía y entusiasmo, los jóvenes pueden cambiar el mundo de forma impresionante, logrando que sea un lugar mejor, no sólo para ellos mismos sino también para todos.
PUNTOS CLAVE
La adolescencia es un periodo de cambio dinámico, progresivo y a veces asincrónico, con límites definidos tanto biológica como psicosocialmente. Se caracteriza por el desarrollo sexual, los cambios en el crecimiento y el inicio de las relaciones grupales. Tiene tres etapas (inicial, intermedia y tardía) a la que habría que añadir el concepto de adultez emergente, que abarca hasta los 25 años de edad. En el desarrollo físico tiene crucial importancia la pubertad y el proceso de maduración física, siempre ligados a cruciales cambios psicológicos, cognitivos, emocionales y sociales
DEFINICIÓN
La adolescencia ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud como el periodo de la vida en el cual el individuo transita desde los patrones psicológicos de la niñez a los del adulto, adquiere la capacidad reproductiva y la independencia de los adultos, fijando los límites entre los 10 y los 19 años. La adolescencia es un concepto moderno: fue definida como una fase específica en el ciclo de la vida humana a partir de la segunda mitad del siglo XIX estando ligado a los cambios económicos y culturales, al desarrollo industrial y educacional, así como al nuevo papel de la mujer en correspondencia con la significación que este grupo tiene para el proceso económico-social.
En general, la adolescencia no es solamente un periodo de adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia una mayor independencia psicológica y social.
Es una época de aprendizaje y autodescubrimiento en la que se pasa de la dependencia de la infancia a la interdependencia de la adultez mediante una transición dinámica, que discurre de forma gradual y a un ritmo individualizado.
CAMBIOS QUE EXPERIMENTA EL ADOLESCENTE
Los cambios que experimenta el adolescente suponen crecimiento y maduración de forma global en todos los aspectos de la vida.
La finalidad es alcanzar:
Identidad: Encontrar un sentido coherente a su existencia.
Integridad: Adquirir un sentido claro de lo que está bien y lo que está mal.
Independencia psicológica: Adquirir la capacidad para tomar las decisiones por sí mismo y para mantener relaciones interpersonales maduras, asumiendo el rol de adulto.
Independencia física: adaptarse a los cambios de su cuerpo, finalizar el crecimiento somático y conseguir una independencia económica.
La adolescencia se caracteriza también por el desarrollo de las competencias emocionales y sociales. La primera se relaciona con la capacidad de manejar o autorregular las emociones y la segunda con la habilidad para relacionarse, efectivamente con otros, que contribuyen al bienestar y desarrollo psicosocial de los propios adolescentes.
El desarrollo cognitivo es tan rápido como el físico. Se avanza desde el pensamiento (consciencia racional) al abstracto (consciencia irracional). En la fase del pensamiento racional los adolescentes tienen una capacidad limitada para proyectar y creen que los demás piensan sobre ellos tal y como piensan ellos (la "fábula del yo"). Mediante un proceso gradual adquieren habilidades de razonamiento más avanzadas, que incluyen entre otras la habilidad de pensar en todas las posibilidades y la de razonamiento hipotético-deductivo, que le permiten una mejor resolución de problemas a través de explorar una amplia gama de alternativas de manera sistemática y lógica (deduciendo también sus posibles consecuencias).
Es importante también el proceso de meta cognición, según el cual “piensan sobre su propio pensamiento” (como se hace al escribir un diario). Al alcanzar el pensamiento abstracto (o formal) pueden comprender ideas y sentimientos de otras personas y ser empáticos con ellas. El desarrollo emocional suele ser más lento y difícil.
El desarrollo emocional como el crecimiento personal, requiere aprendizaje. En la primera etapa hay una alta impulsividad, con sentimientos intensos y cambios frecuentes de humor. Esta habilidad emocional se manifiesta con rápidas y amplias fluctuaciones del ánimo y de la conducta, una tendencia a magnificar la situación personal, falta de control de impulsos y necesidad de gratificación inmediata y de privacidad. En una etapa intermedia se sienten invulnerables y, en cierto modo, omnipotentes, asumiendo a veces conductas nocivas para la salud; en la última etapa adquieren la suficiente experiencia vital para sentirse más vulnerables y considerar las necesidades emocionales de los demás.
En el desarrollo familiar existe una redefinición de roles, se alejan progresivamente de la familia y buscan un mayor apoyo de sus amigos. Antes de los 14 años necesitan intimidad y unos límites familiares firmes y congruentes. En la etapa intermedia comprenden que su familia no es perfecta, pero continúan pensando en una posible familia ideal por lo que pueden darse el mayor número de confrontaciones padres-hijos. Es el momento de la aparición de transgresiones a las reglas del mundo adulto como autoafirmación de su propia autonomía, el alejamiento familiar y acercamiento a sus iguales, así como un egocentrismo que les hace preocuparse sólo por sus cambios. Posteriormente, en la adolescencia tardía, suele haber una reaceptación de los valores parentales.
En el desarrollo escolar y laboral está marcado al principio por el cambio de la educación primaria a la secundaria, con una forma diferente de trabajo y volviendo a ser los más pequeños del centro educativo. Van experimentado de forma progresiva presiones sobre su futuro laboral y sobre el desarrollo de su competitividad. La entrada en la universidad puede ser un gran paso para autoafirmarse en su independencia, de hecho, los universitarios son el referente social más cercano para los adolescentes. Los cambios que experimenta un adolescente que trabaja pueden diferir del adolescente estudiante, por las distintas experiencias y grado de madurez.
Bibliografía Arnett JJ. Adolescencia y adultez emergente: un enfoque cultural. México: ed. Pearson 2008 (3ª edición) Gaete V. Desarrollo psicosocial del adolescente. Rev Chil Pediatr. 2015. http://dx.doi.org/10.1016/j.rchipe.2015.07.005
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